Pocos temas son más difíciles de abordad que los que tienen que ver con el ser humano y sus valores.
La palabra valor viene del latín valor, valere (fuerza, salud, estar sano, ser fuerte). Cuando decimos que algo tiene valor afirmamos que es bueno, digno de aprecio y estimación.
Los valores son cualidades que podemos encontrar en el mundo que nos rodea, de los valores depende que llevemos una vida grata, alegre, en armonía con nosotros mismos y con los demás, una vida que valga la pena ser vivida y en la que podamos desarrollarnos plenamente como personas, a continuación veremos algunos valores que debemos tener en nuestra vida.
La honestidad
Cuando un ser humano es honesto se comporta de manera
transparente con sus semejantes, es decir, no oculta nada, y esto le da tranquilidad.
Quien es honesto no toma nada ajeno, ni espiritual, ni material: es una persona
honrada. Cuando se esta entre personas honestas cualquier proyecto humano se
puede realizar y la confianza colectiva se transforma en una fuerza de gran
valor. Ser honesto exige coraje para decir siempre la verdad y obrar en forma
recta y clara.
Para ser honestos…
- Conozcámonos a nosotros mismos.
- Expresemos sin temor lo que sentimos o pensamos.
- No perdamos nunca de vista la verdad.
- Cumplamos nuestras promesas.
- Luchemos por lo que queremos jugando limpio.
La tolerancia
La tolerancia es la expresión más clara del respeto por los
demás, y como tal es un valor fundamental para la convivencia pacífica entre las
personas. Tiene que ver con el reconocimiento de los otros como seres humanos,
con derecho a sera aceptados en su individualidad y su diferencia. El que es
tolerante sabe que si alguien es de una raza distinta a la suya o proviene de
otro país, otra cultura, otra clase social, o piensa distinto a él, no por ello
es su rival o enemigo.Cuando se presentan conflictos, las personas tolerantes
no acuden a la violencia para solucionarlos, porque saben que la violencia sólo
engendra más violencia.Prefieren dialogar con sus oponentes y buscar puntos de
acuerdo. Sin embargo,debemos ser tolerantes pero no pasivos. Hay situaciones
frente a las cuales nuestro deber, lejos de quedarnos callados, es protestar con
alegría.
Para ser tolerantes……
- Pongámonos en el lugar de los otros para tratar de entender sus problemas y su manera de actuar.
- Escuchemos sin interrumpir y démosle a los demás la oportunidad de expresarse.
- Veamos en la diversidad de razas y culturas una señal de riqueza y amplitud del mundo, en lugar de motivos de desconfianza.
La solidaridad
Cuando dos o más personas se unen y colaboran mutuamente
para conseguir un fin común, hablamos de solidaridad. La solidaridad es un valor
de gran trascendencia para el género humano, pues gracias a ella no sólo ha
alcanzado los más altos grados de civilización y de desarrollo tecnológico a lo
largo de la historia, sino que ha logrado sobrevivir y salir adelante luego de
los más terribles desastres (guerras,pestes, incendios, terremotos,
inundaciones, etc). Es tan grande el poder de la solidaridad, que cuando la
ponemos en práctica nos hacemos inmensamente fuertes y podemos asumir sin temor
los más grandes desafíos, al tiempo que resistimos con firmeza los embates de la
adversidad.La solidaridad, cuando persigue una causa noble y justa (porque los
hombres también se pueden unir para hacer daño) cambia el mundo, lo hace mejor,
más habitable y más digno.
Para ser solidarios….
- Reflexionemos sobre la situación de todos aquellos menos favorecidos que nosotros y no cerremos los ojos frente a sus problemas y necesidades.
- Si hay una causa en la que creemos y sabemos que podemos colaborar, no vacilemos en hacerlo.
La justicia
La justicia consiste en reconocer, respetar y hacer valer
los derechos de las personas. Honrar a los que han sido buenos con nosotros, dar
el debido salario a un trabajador, reconocer los méritos de un buen estudiante o
un abnegado colaborador son, entre otros, actos de justicia porque dan a cada
cual lo que se merece y lo que necesita para desarrollarse plenamente y vivir
con dignidad. Así como ser justos implica reconocer, aplaudir y fomentar las
buenas acciones y las buenas causas, también implica condenar todos aquellos
comportamientos que hacen daño a los individuos o a la sociedad y velar porque
los responsables sean debidamente castigados por las autoridades judiciales
correspondientes.
Para ser justos….
- Desarrollemos nuestro sentido de lo que está bien y lo que está mal.
- Seamos honestos, rectos, y sobre todo compasivo y humano.
- No permitamos que se cometan atropellos contra nosotros mismos ni contra los demás.
- Protestemos con energía y denunciemos los abusos y los crímenes, vengan de donde vengan.
La responsabilidad
La responsabilidad es la conciencia acerca de las
consecuencias que tiene todo lo que hacemos o dejamos de hacer sobre nosotros
mismos o sobre los demás. En el campo del estudio o del trabajo, por ejemplo,
el que es responsable lleva a cabo sus tareas con diligencia, seriedad y
prudencia porque saben que las cosas deben hacerse bien desde el principio
hasta el final y que sólo así se saca verdad era enseñanza y provecho de ellas.
Un trabajo bien hecho y entregado a tiempo es sinónimo de responsabilidad. La
responsabilidad garantiza el cumplimiento de los compromisos adquiridos y
genera confianza y tranquilidad entre las personas.
Para ser responsables…
- Reflexionemos seriamente antes de tomar cualquier decisión que pueda afectar nuestra propia vida o la de los otros.
- Asumamos las consecuencias de nuestros actos.
- Respondamos por lo que hacemos, tanto si está bien hecho como si no.
- Reconozcamos los errores que cometemos y mostrémonos dispuestos a repararlos.
La lealtad
La lealtad tiene que ver con el sentimiento de apego,
fidelidad y respeto que nos inspiran las personas a las que queremos o las
ideas con las que nos identificamos. Los que son leales poseen un alto sentido
del compromiso y ello les permite ser constantes en sus afectos y cumplidores
de su palabra. Hay muchas cosas que inspiran lealtad y la merecen. Los seres
queridos, los amigos sinceros, la pareja amorosa con la que comparte la vida,
la institución en la que se estudia o se trabaja la patria a la que se
pertenece, se cuentan entre las más importantes.
Para ser leales….
- Respetemos y correspondamos a las personas que nos quieren y son buenas con nosotros
- No abandonemos a nuestros amigos en los momentos difíciles, ni nos dejemos tentar por quienes nos invitan a traicionarlos a cambio de dinero, poder u otra oferta parecida.
- Seamos fieles a nosotros mismos y a nuestras ideas.
El respeto
El respeto es la base fundamental para una convivencia sana
y pacífica entre los miembros de una sociedad. Para practicarlo es preciso
tener una clara noción de los derechos fundamentales de cada persona, entre los
que se destaca en primer lugar el derecho a la vida, además de otros tan
importantes como el derecho a disfrutar de su libertad, disponer de sus
pertenencias o proteger su intimidad, por solo citar algunos entre los muchos
derechos sin los cuales es imposible vivir con orgullo y dignidad. El respeto
abarca todas las esferas de la vida, empezando por el que nos debemos a
nosotros mismos y a todos nuestros semejantes hasta el que le debemos al medio
ambiente, a los seres vivos y a la naturaleza en general, sin olvidar el
respeto a las leyes, a las normas sociales, a la memoria de los antepasados y a
la patria en que nacimos.
Para ser respetuosos….
- Tratemos a los demás con la misma consideración con que nos gustaría ser tratados.
- Valoremos y protejamos todo aquello que nos produzca admiración.
La humildad
La humildad es la conciencia que tenemos acerca de lo somos,
de nuestras fortalezas y debilidades como seres humanos, y que nos impide por
lo tanto creernos superiores a los demás. Los que son humildes no se
sobre estiman ni maltratan a los menos favorecidos que ellos desde el punto de
vista social, económico o de educación. Saben más que nadie que esto se debe a
las desigualdades de nuestras sociedades y que la suerte de haber nacido en un
hogar con más oportunidades que otros no les da derecho a creerse superiores ni
mejores que aquellos que no tuvieron tal fortuna. La humildad es igualmente
condición indispensable para aprender cosas buenas y superarnos permanentemente
en todos los aspectos, ya que gracias a ella tomamos conciencia de nuestra
infinita pequeñez frente a la inmensidad del universo y la sabiduría de la
naturaleza, así como a la de los conocimientos y experiencias atesorados por la
humanidad a lo largo de su historia. Esta conciencia de nuestras limitaciones
nos aleja de la soberbia y la vanidad de quienes viven como si fueran los
dueños del mundo, lo supieran todo y nunca fueran a morir.
Para ser humildes…
- No permitamos que “se nos suban los humos” cuando obtengamos algún triunfo, premio o distinción en nuestro estudio o nuestro trabajo. La inmensa satisfacción que ello lo representa es el premio en sí mismo, y no da para que nos creamos superiores al resto del género humano.
La paz
Es el futuro de la sana convivencia entre los seres humanos,
para hacerla posible es necesario un ordenamiento social justo, en el que todos
los ciudadanos tengan las mismas oportunidades de desarrollarse como personas y
sean respetados sus derechos fundamentales. Los que practican la paz saben que
ésta no es simplemente la ausencia de conflictos, sino la capacidad de manejar
dichos conflictos y superarlos por medio de métodos no violentos como la
protesta pacífica, el diálogo y la negociación.
Para vivir en paz…
- Fomentemos el conocimiento y la confianza en nuestras relaciones con los demás.
- Reaccionemos con calma, serenidad y firmeza frente a las agresiones.
- Reconozcamos la dignidad y los derechos de todos los seres humanos por igual.